Invirtieron $1200 y hoy fabrican muebles con cartón desde su taller

“Nuestro emprendimiento es como un perro”, explicó Matías Shulman ante la consulta de LA NACIÓN. Y agregó: “Hay que cuidarlo para que no se moje ni se dañe”. Según la Real Academia Española, un cuzco es un perro pequeño y bajo ese concepto nació en La Plata una empresa que recolecta cartones para fabricar muebles. Su creador la llamó Kusco.

Pensar en un negocio de bajo costo y gran impacto es uno de los principales objetivos de la startup. Schulman es diseñador industrial y hace cuatro años recibió un pedido de la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata: levantar un stand para un evento de fin de año. “No había mucha plata para hacerlo y se nos ocurrió hacer un espacio de cartón. Armamos un living con algunos cartones de la calle porque nos habíamos quedado sin material”, dijo.

De allí surgió Kusco, una pequeña firma que produce sillones, bancos, mesas, perchas, tachos de residuos, paneles y escritorios, entre otras cosas, y las vende a aproximadamente 30 empresas -el 80% de los clientes son agencias o productoras- que las solicitan para eventos.

Para comenzar con el negocio, la inversión inicial fue de $1.200 y en 2018 la firma facturó $500.000, producto de las ventas de distintos mobiliarios. Un banco cuesta $200, un tacho de reciclaje $180, y un sillón llega a $1.800.

“Empezamos a pensar a largo plazo, combinar conocimiento con el trabajo de los recolectores y generar nuevos productos. El negocio fue mutando, porque los clientes pedían distintos productos. Hoy tenemos entre 10 y 15 productos que varían según el uso”, explicó Shulman.

Kusco es un emprendimiento que produce muebles con cartón en un taller en La Plata Crédito: Kusco

Kusco es un emprendimiento que produce muebles con cartón en un taller en La Plata

Kusco es un emprendimiento que produce muebles con cartón en un taller en La Plata Crédito: Kusco

En relación con la utilización de la materia prima, el creador de Kusco contó que la duración depende del cuidado del cartón, que puede ser virgen o reciclado. Sin embargo, señaló que “hay barreras que romper” sobre la calidad y el precio del material. “Hay que mostrar que el material es noble. Además, se piensa que el cartón es regalado y no es siempre así”, indicó.

Actualmente, en Kusco trabajan tres personas desde un taller en La Plata, donde se piensan y realizan los trabajos. Otra parte de la producción está en una troqueladora en Berazategui y, además, se dictan talleres para chicos en la asociación Taller Protegido de Los Tilos en el que se arman mascaras con cartón.

“El nombre viene del lunfardo ‘perro de la calle’. Es el fiel reflejo y representación de nuestra materia prima, el cartón. Noble, dócil y accesible. Un perro que no entiende de razas puras, pero que es un compañero dispuesto a ir donde lo lleven y amoldarse a cualquier entorno”, contó el titular de la marca.

“Para nosotros era un trabajo de la calle, más allá de que haya sido desafiante. El emprendimiento nació cuando nos dimos cuenta de que podíamos generar en un impacto e incluso que nuestros productos sirvan para momentos de encuentro”, cerró Shulman.

 

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